César Manrique: 2ª parte - Una isla marcada por su obra

César Manrique regresó definitivamente a Lanzarote a finales de los años 60 con la firme convicción de que su isla natal debía ser, como él afirmaba, el lugar más bello del mundo.

La arquitectura tradicional


Por aquél entonces un viejo amigo de la familia, Pepín Ramírez era presidente del Cabildo de la isla y partidario de un desarrollo turístico para Lanzarote. César le convenció de que apostara por el valor de la naturaleza de la isla y la arquitectura tradicional. Se trazó un plan de desarrollo turístico basado en esas ideas aprobado en el pleno del Cabildo. Una de las directrices más innovadoras para proteger el paisaje era la prohibición de los carteles en carreteras y las normas de construcción basadas en las formas que siempre se habían hecho en la isla. Hubo que convencer a la población de que era la arquitectura tradicional y los modos correctos de proteger el paisaje. 

La idea de como debían ser esa arquitectura se plasmó enseguida en el Monumento al Campesino en el año 1968, donde junto a su escultura a la fertilidad, encontramos edificios blancos, y madera de color verde. Este es el ejemplo típico de esta forma de construir de nuestros antepasados.



Por esos años, César Manrique quería instalar un centro de arte en la isla, un estudio donde trabajar y enseñar. Junto a su colaborador de la época el arquitecto Luis Ibáñez, encontraron en Yaiza una antigua casona señorial, fiel reflejo de lo que era la arquitectura tradicional. La casa tenía un gran patio central con dependencias alrededor. Una vez adquirida deciden acometer la restauración de la misma. En la casa había un gran horno para tostar el grano y hacer pan. Enseguida se dan cuenta de que la vivienda era el lugar perfecto para albergar un restaurante. En 1968 se termina la remodelación abriendo bajo el nombre de Restaurante La Era. Pronto se convirtió en referente de la gastronomía isleña.

El centro de arte que quería César Manrique pudo llevarse a cabo posteriormente en dos edificios:

Por una parte se compró donde había estado la Escuela de Arte de Arrecife hasta 1970 y lo transformó en el espacio cultural "El Almacén". Un lugar donde se proyectaban películas, se realizaban exposiciones, se enseñaba dibujo, etc. Al lado del edificio hubo una residencia de estudiantes que, principalmente alemanes, venían para profundizar en las nuevas formas del arte moderno. Después de unos años sin actividad, ahora en 2017, ha reabierto sus puertas volviendo a retomar la dinámica cultural. Dentro de sus instalaciones se ha concebido un Centro de Innovación Cultural acorde a las nuevas tendencias.
Y por otro lado se restauró el castillo de San José construido en tiempos de Carlos III complementario al de San Gabriel, y que serviría en la defensa de los ataques de piratas y corsarios. En 1976, bajo la supervisión de Cesar Manrique, se convirtió en el primer Museo Internacional de Arte Contemporáneo de Canarias.



Si visitamos la zona turística de Costa Teguise vale la pena acercarse al Pueblo Marinero donde podremos ver otro ejemplo de esa arquitectura tradicional, sobre todo la parte izquierda de la plaza que fue concebida por César Manrique y que proyectó el arquitecto Alfonso Galán, entre 1979 y 1982. También es interesante visitar los jardines y piscinas del Gran Meliá Salinas de Costa Teguise que también llevan el sello del artista.

Otros ejemplos de arquitectura tradicional acorde con el medio ambiente es el complejo turístico "Lago Martiánez" del Puerto de la Cruz en Tenerife o su casa en el Taro de Tahiche

Contaba César Manrique que una vez, mientras paseaba por Tahiche en aquellos años, descubrió una higuera que salía de la lava negra. Decidió construir su casa aquí. Los dueños del terreno no querían cobrarle porque pensaban que no valía nada, incluso le pidieron que cogiera toda la tierra que quisiera. El artista descubrió más burbujas de lava durante la construcción de la casa, que amplió y transformó en más espacios llenos de vida. Esta casa se convertiría años más tarde en la sede de su Fundación.

La Fundación tiene carácter privado, aunque sin fines lucrativos. Se autofinancia con exposiciones y con las entradas a la sede y la casa de César Manrique en Haría. Tiene como objetivo la promoción y difusión del arte en su entorno natural y cultural. En la casa de Tahiche se suelen realizar actos de debate, charlas especializadas y colaboraciones e intercambios. También conservan, exploran y difunden la obra del genial Manrique. 



Centros de Arte, Cultura y Turismo

Una de las alternativas al Sol y Playa que puede encontrar el turista que visita Lanzarote, son los Centros de Arte, Cultura y Turismo del Cabildo, los CACT.

El primero en ser ideado fue Los Jameos del Agua. Se trata de una cueva producida por el flujo de una corriente de lava del cercano volcán de la Corona, y con algunos techos caídos. Forma un extraordinario espacio donde se concibe la intervención humana respetando el entorno natural y a la vez potenciándolo con actividades culturales y lúdicas. 

Dentro podemos encontrar varias cafeterías y restaurantes, y espacios donde se realizan actividades culturales. También cuenta con un singular auditorio formado por la continuación del tubo volcánico hacia la "Cueva de los Verdes". En la laguna interior podemos encontrar un endemismo propio del lugar llamado Cangrejo Ciego ó Munidopsis Polimorpha. Debido al tono tan brillante de su caparazón, casi blanco, algunos turistas por ignorancia piensan que son monedas y tiran alguna más a la laguna poniendo en peligro esta especie.




En el lugar también se construyó unas casas que en principio serían para albergar turistas pero que se destinó posteriormente para la "Casa de los Volcanes", un centro de investigación geológica. Hoy en día se expone una colección de mineralogía volcánica de las islas, paneles didácticos y aparatos en deshuso sobre este tipo de investigación científica. En estas instalaciones también hay modernos captadores de datos que envía a la Estación Geodinámica de la isla.

Otro lugar que proyectó el artista, es el Mirador del Río. Fue construido en 1973, y es un puesto de observación del archipiélago Chinijo, al norte de Lanzarote. En este lugar se construyó un puesto de artillería a finales del siglo XIX, y donde César Manrique estuvo en los primeros meses de la guerra civil. Más tarde, a principios de los años 50 se reformó en un moderno puesto de batería, y durante muchos años se le llamó así, Batería del Río.

En una hondonada junto a la Batería de artillería, se construyó un espacio con cafetería y dos cúpulas, sobre las que echó tierra sobre ellas para que creciera la hierba. El mirador ofrece varios puntos de observación, siendo mi favorito el de la terraza superior que se accede por una escalera de caracol. 


En 1974 se declaró Parque Nacional el conjunto de volcanes en el entorno del Timanfaya. En el monte del Hilario había un pequeño merendero donde emanaba aún el calor del volcán y sobre el cual el artista ideó el restaurante El Diablo. Resulta muy original por su horno donde el calor procede del interior de la tierra. Es el único parque Nacional de la provincia. También es el segundo más visitado de Canarias y el cuarto de toda la red de parques Nacionales del Estado.




En 1991 se terminó la construcción de su último CACT, el Jardín de Cactus, ubicado a la salida de Guatiza hacia Mala sobre una cantera abandonada y rodeada por campos de tuneras para la obtención de la cochinilla. Era el espacio ideal para concebir un jardín de cactus, un espacio natural de tranquilidad y sosiego mientras observamos las diferentes especies que podemos ver procedentes de América, Madagascar, Marruecos, Etiopía o las propias de las islas Canarias. La selección fue realizada por otro ilustre lanzaroteño, el botánico Estanislao González Ferrer.


En la parte alta de este espacio podemos encontrar una tienda y una cafetería, y sobre esta última se impone un viejo molino restaurado para este lugar, y donde se puede observar la maquinaria que servía para moler el grano. 


En 1988, Manrique se trasladó a una casa de campo en Haría que había reconstruido y que ha sido un museo desde 2013. Era una casa antigua que restauró respetando la forma original pero dándole un toque moderno acorde con su arte y su buen hacer. Allí pasó sus últimos años antes del fatal desenlace.



Juguetes del Viento


Dentro de su faceta sobre la escultura le caracteriza los artefactos móviles, lo que llamaba "Juguetes del viento", que es una vertiente más de la simbiosis de arte y naturaleza. Son esculturas que aprovechando el viento cambian constantemente sus formas y colores. Ejemplos de ellos los tenemos por casi toda la isla, casi siempre en los centros de las rotondas (en Arrieta, Montaña Blanca, Puerto del Carmen, aeropuerto, etc.) Alguno más en Tenerife y otros lugares. 

Debido a su naturaleza desprotegidos de las inclemencias del tiempo, deben ser renovados o restaurados, y es posible que alguna vez esa escultura móvil que tanto nos gusta no esté en su lugar porque ha sido desmontada para su mantenimiento. En estos momentos ocurre con la del aeropuerto y la de Arrieta.



El viernes 25 de septiembre de 1992, Manrique sufrió un accidente mortal cuando procedente de Arrecife cruzó a la izquierda, hacia su Fundación en el Taro de Tahiche. En el año de las Olimpiadas, aun abierta la Exposición Universal de Sevilla, nuestro más internacional artista fallecía a los 73 años. En el lugar se encuentra hoy en día una rotonda con un juguete del viento creado por él mismo.

Para ese domingo 27 de septiembre, en la agenda de César Manrique figuraba la presentación del logotipo que había diseñado para representar a Lanzarote. El acto se iba a celebrar en el auditorio de los Jameos del Agua. Hoy en día es internacionalmente conocida la marca LANZAROTE y el símbolo que identifica a esta tierra.





Bibliografía

  • EVOLUCIÓN ESTILÍSTICA DE LA OBRA PICTÓRICA DE CÉSAR MANRIQUE Violeta Izquierdo
  • La voz de Lanzarote
  • Crónicas de Lanzarote
  • Fundación César Manrique



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