Síntesis sobre la Historia de Arrecife – siglos XIX y XX

Arrecife en el siglo XIX

Arrecife a principios del siglo XIX contaba con una población cercana a los 1.000 habitantes dedicados principalmente a la pesca, y al floreciente comercio. La mayor parte de la población se concentraba en el margen izquierdo del Charco, alrededor de la iglesia de San Ginés de Clermont fundada por familias francesas en el siglo XV y posteriormente vinculado siempre al señor de la isla, el marqués de Lanzarote hasta el final del antiguo Régimen.

El aporte poblacional en los siglos anteriores había sido principalmente del interior de la isla, pero también de pescadores portugueses y comerciantes extranjeros atraídos por la liberación del comercio con América.

Hasta la obtención de la capitalidad de la isla en el siglo XIX, estaba formado por varios asentamientos: La parroquia de San Ginés o Puerto del Arrecife donde sus vecinos se dedicaban al comercio y la pesca. Alrededor del puerto de Naos donde habían principalmente almacenes, y algunas casas de pescadores. Saliendo del Puerto de Arrecife por el camino de San Bartolomé teníamos una población agrícola en la mareta del Santo o La Vega, y más arriba el poblado de casas de Argana también de marcado carácter agrícola.  Saliendo por Cuatro Esquinas, lo que después fue la calle Real, por lo que era el camino de La Villa, teníamos Maneje y Corral Hermoso, zonas ganaderas que ocupaban una amplia extensión, uniéndose con otros lugares de abundantes pastos. Hacia el Sur, en el camino de Tías, tenemos Matas Verdes, en las marismas que se formaban alrededor de la playa del Reducto.

El primer cementerio del Puerto de Arrecife se encontraba en la trasera de la iglesia de San Ginés, mirando al Charco. A medida que creció el pueblo se trasladó a las afueras, donde hoy está el instituto Agustín Espinosa. Según testimonios de mis antepasados, en esta zona había grandes rocas donde los campesinos del sur de la isla dejaban sus burros y camellos cuando visitaban la ciudad, hasta que a finales de los años 20 del siglo XX se construyó aquí el instituto y se trasladó el cementerio hacia el Reducto.

Después de las erupciones volcánicas de 1730 a 1736 donde un tercio de la isla fue sepultada bajo las coladas y casi la mitad se vio afectada por las cenizas volcánicas, la economía insular basada en la exportación de cereales a través de los puertos de Janubio y Arrecife, se volvió muy mermada. Apenas había producción en unas tierras que habían sido muy fértiles y que ahora se encontraban cubiertas del volcán. El puerto de Janubio desapareció y Arrecife se convirtió en la principal entrada y salida de mercancías de la isla. También contaba con el mejor puerto natural de las islas Canarias.

La economía del siglo XIX tuvo sus altibajos, pero se caracterizó principalmente por la producción de tintes (barrilla, orchilla y cochinilla), la exportación de cereales y la destilación de alcohol. Debido al aumento de los impuestos sobre el alcohol a finales del siglo XVIII, este producto aumentó de precio y se volvió muy rentable para la economía insular. Fue bajo este efecto aparecieron las grandes fincas dedicadas al cultivo de la uva, pero también a la esquilmación de la poca cubierta vegetal de la isla para el abastecimiento de combustible a las florecientes destilerías. Los almacenes de producción del alcohol se encontraban alrededor del Charco de San Ginés, pero una orden municipal prohibió este tipo de industria por la gran cantidad de humo que se producía, y se reubicaron en lo que luego sería el barrio de La Destila, fuera de Arrecife en aquella época. Esta zona tuvo una importante concentración de industrias que producían además del alcohol, polvo de tintes o jabones.

Las exportaciones a través del Puerto del Arrecife eran la mitad de cereales, y la otra mitad de estos otros productos industriales, mucho más rentables y que dio pie a un florecimiento de familias adineradas, y la atracción de comerciantes y productores de otras islas y de fuera de Canarias. Es de esta época cuando aparecen en la isla grandes casas solariegas en el interior, y algunas de ellas en Arrecife debido a la pujanza comercial.

Hacia 1830, los vecinos del Puerto del Arrecife quisieron que su pueblo, con edificaciones levantadas sin orden ni concierto alguno alrededor del charco San Ginés y sus proximidades, tuviera un aspecto más digno y acorde con una localidad urbanizada. Hasta entonces los edificios existentes: casas, almacenes, etc. se levantaban al borde de estrechos caminos o sendas que se hacían en función del tráfico de camellos, caballerías y carruajes que transportaban mercancías o productos desde los pueblos del interior hasta el puerto para ser embarcados. Para conseguir este fin fue preciso dividir el núcleo urbano en zonas y  diseñar el trazado de lo que serían las futuras calles y plazas de esta ciudad, a la que se irían adaptando poco a poco las edificaciones futuras. En 1830 el Puerto del Arrecife dispone ya de dos escuelas de primaria. También contaba con tiendas de comestibles, pescadería y carnicería.

Arrecife en la segunda mitad del siglo había triplicado su superficie, contaba con una economía fuertemente comercial y pesquera. Aparece el primer hospital, el primer asilo infantil y el primer hospital regido por las Hermanas de María. También por esta época aparece la primera escuela de bachillerato y se edita el primer periódico “Crónica de Lanzarote”. Aparecen sociedades civiles como El Marcantil que tendrá su sede en la calle Real.

En el siglo XIX se producen dos crisis económicas muy graves que afectan a Lanzarote. La primera en los años 40 seguida de una fuerte sequía, que diezma la población por las hambrunas debido a la poca producción agrícola y del exterior. La segunda gran crisis económica viene hacia los años 80 del siglo XIX cuando nace la segunda revolución industrial con los tintes sintéticos, se producen algunos episodios de sequía, y fuertes epidemias. La economía insular empieza a hundirse y a depender cada vez más de la agricultura y ganadería de subsistencia, donde los periodos de sequía afectan mucho más que en décadas anteriores. La mayor parte de las industrias de Arrecife cierran. Ya no se produce alcohol, y el único sector que parece salir adelante en esta época es la pesca.

Por demanda de la pesca, en Lanzarote existían algunas salinas, algunas tan antiguas como las del Risco de Famara, que según los antiguos escritos, estaban abandonadas, cuando fueron reformadas en el siglo XV. Con la industria del salazón de finales del siglo XIX y principios del XX aparecieron grandes salinas en torno a la pesca, en Guatiza, Matagorda, Janubio y también en Arrecife. Se construyeron varias en torno al puerto de Naos y también en la zona del Reducto. Aparecen almacenes de la Sal. 


Arrecife en el siglo XX


Así es como entra Arrecife en el siglo XX, con una economía bastante tocada por las crisis de décadas anteriores y con la única esperanza en el pescado y en la apertura de nuevos mercados de exportación con productos como las cebollas.

La cebolla, no tan rentable como habían sido los tintes, produce un leve resurgimiento del comercio. Lugares tan emblemáticos como el muelle de las Cebollas o los almacenes de los Betancores, sirven de referencia para el movimiento de este artículo durante casi todo el siglo XX. Otros productos de exportación que siempre funcionaron desde siglos anteriores eran las batatas, y si el tiempo lo permitían algunos granos como garbanzos o las tan afamadas lentejas de Lanzarote.

Hay una faceta poco estudiada en la historia insular, que fue el paso del Antiguo Régimen con el señorío, al nuevo orden. Las posesiones señoriales, la nueva disposición económica de los nobles tuvo su repercusión en las propiedades que poseían y esto se notó en Lanzarote. Algunas tierras de cultivo pasaron de unas manos a otras por venta directa o quizás por el saldo de deudas contraídas con parientes o amigos. Al final, en Arrecife habían varios terrenos que pertenecían a estos nobles, tierras del marqués de Valterra o del marqués de Santa Coloma.

Con la esperanza puesta en el pescado como industria, y que a lo largo de las décadas pudo sacar de la miseria a Arrecife, algunos empresarios relacionados con este sector se instalaron en la capital insular. A principios de siglo uno de estos empresarios de origen gallego compró el islote del Francés a la viuda del marqués de Santa Coloma para construir secaderos y que luego se transformaron en factorías de pescado que exportaban a la península. Otros empresarios como los alicantinos Lloret i Linares que habían creado factorías en Canarias también instalan las suyas en Arrecife donde en la década de los 50 poseían fábricas y barcos propios en el puerto de Naos.

En estas primeras décadas del siglo se construye el Hospital Insular y el Instituto de Bachillerato Agustín Espinosa. En 1913 se crea la escuela de Artes y oficios Artísticos. Esta escuela tuvo como uno de sus grandes profesores al doctor José Molina Orosa, gran humanista. La primera sede estuvo en la Plazuela. En los años 20 pasó a la zona de Cuatro Esquinas. En 1933 la escuela se encontraba en la sede donde estuvo muchos años, hasta que en 1974 César Manrique lo transformó en el Centro Cultural “El Almacén”.

El empuje de esta industria pesquera lleva a muchos campesinos del interior de la isla a trasladarse a Arrecife arrastrados por una nueva vida, tal vez más fácil y asentada. Ahí es cuando el municipio, a través de las subvenciones para las viviendas sindicales de la época, crea a finales de la década de los 50, pequeños barrios de casas en terrenos que habían sido del marqués de Santa Coloma o del marqués de Valterra. En el primero sus vecinos decidieron llamarle Titerroy y en el segundo conservó su nombre Valterra. Otro barrio que creció a la luz de esta industria fue el de los Harianos.

Como tantas decisiones políticas que se toman según la moda o la tendencia de la época, en estos años se cambiaron muchos nombres que podían ser poco favorecedores de pueblos y barrios: Puerto Cabras en Fuerteventura pasó a ser Puerto del Rosario, La Tiñosa pasó a ser Puerto del Carmen, barrio de los Harianos pasó a ser Altavista o Titerroy pasó a ser Santa Coloma.

La segunda mitad del siglo XX empezó con fuerza con una industria floreciente, la llegada del agua corriente, el alcantarillado, la electricidad… Aparecieron fábricas de conservas (Garavilla, Lloret y Linares, etc.) y la población creció con los aportes del interior de la isla. Época que por el apellido se sabían de qué pueblo procedían. Con el incremento de la población infantil y juvenil se crearon colegios y se construyeron institutos de secundaria, un segundo colegio de bachiller, el Blas Cabrera Felipe, y otro relacionado con la industria dominante, el Instituto pesquero. Hacia 1965 los 5 equipos de fútbol de Arrecife solicitaron al delegado del Gobierno en Las Palmas, Don Antonio Avendaño Porrúa, la construcción de un estadio de fútbol en la ciudad. Unos años más tarde, en 1974 el antiguo instituto de Artes y Oficios artísticos cambia de edificio al actual por debajo del instituto Blas Cabrera y frente al estadio de fútbol.

César Manrique ha sido una figura relevante en Lanzarote y también Arrecife dejó su huella. En 1970 el antiguo instituto de Artes y Oficios artísticos cambia de sede hacia el actual, y en el antiguo edificio el artista crea el centro cultural “El Almacén” inaugurado en 1974. También deja su huella en el Castillo de San José creando el primer museo de arte moderno de Canarias, el MIAC en 1976.

Hasta que la situación política del banco canario sahariano cambió en 1975. Con los años y bajo la presión de Marruecos la mayor parte de las fábricas se trasladaron a este país vecino y la flota pesquera tuvo que recalar en sus puertos para el control de sus recursos nacionales.

Poco a poco la economía de Lanzarote cambió la industria del pescado por el turismo. En Arrecife aparecieron hoteles como el hotel Lancelot o el Gran Hotel. Sin embargo el turismo no terminó de despegar debido a la fuerte competencia de otros destinos insulares como Puerto del Carmen, Costa Teguise o Playa Blanca.


Arrecife entró en el siglo XXI como una ciudad básicamente comercial y administrativa.

Bibliografía.- 

  • Memoria Digital de Lanzarote 
  • Ayuntamiento de Arrecife
  • Publicaciones "Jornadas sobre Lanzarote y Fuerteventura" en Cabildo de Lanzarote. 
  • Diario Lancelot Digital. 
  • Historia de Lanzarote, bibliografía de Leandro Perdomo

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