Breve historia del origen de los antiguos canarios

Origen pre-europeo

Todas las teorías actuales, con el apoyo de la arqueología, la lingüistica y actualmente sobre los estudios genéticos, confirman que los antiguos habitantes de Canarias tenían un origen común a los bereberes del Norte de África. 

Posiblemente en los siglos anteriores a Roma, en las islas habrían alguna factoría fenicia, tartesa o cartaginesa, con escasa población bereber, y casi nula de los numerosos pescadores que seguían por la costa los bancos de atunes hasta las costas canarias. 

En el siglo II adC. Cartago cayó derrotada por Roma en la segunda guerra Púnica y la región norteafricana pasó a formar parte de la República Romana. El último rey bereber en ser sometido fue Juba I. Su hijo fue llevado a Roma sobre el año 45 adC como trofeo de Julio César sobre estos pueblos. Este niño se casó con la última heredera ptolomeica de Egipto, hija de Cleopatra y Marco Antonio. Por otra parte los cónsules o gobernadores romanos fueron sometiendo poco a poco a las tribus rebeldes. Con el tiempo Juba fue designado como rey de la provincia romana de Mauritania. Poco a poco las tribus que no querían ser sometidas fueron expulsadas, muchas de ellas a territorios donde podían ser mejor controladas y donde Roma necesitaba tener población como eran las Islas Canarias. Era de interés de la república en las islas la orchilla y la pesca.

El proceso por el cual las islas Canarias fueron pobladas por estas tribus se desconoce en gran parte. Sin embargo hay teorías consistentes que hablan de dos llegadas masivas, una sobre el siglo V o VI adC, y otra sobre los siglos II y I adC., esta última relacionada con la romanización del Norte de África. 

El hecho de que los antiguos habitantes de las islas conocieran el antiguo molino de  mano romano o se encontraran algunas inscripciones latinas, hacen suponer que los romanos mantuvieron el contacto con las islas durante un tiempo, hasta que finalmente fueron olvidados. 

La Gomera

Posiblemente sus antiguos habitantes procedían de Gomara en la región de Xauen, en el actual Norte de Marruecos. Todavía persiste en esa región el enclave español Peñón de Vélez de la Gomera. 


Los primeros europeos que volvieron a conocer la isla fueron los pescadores mallorquines en el siglo XIV por lo que pronto aparece en un mapa de las islas. Fue la última isla que se incorporó al señorío de los Peraza - Herrera a mediados del siglo XV tras un acuerdo con los naturales de la isla.

El Hierro

Los bimbaches llamaban a su isla Esero o Eccero. No hay constancia de la procedencia de esta población pero lingüísticamente, la palabra podría derivar de Ben-Bachir y de ahí, Ben-Cheni. Lo curioso es que los guanches de Tenerife se designaban así mismos como Bin-Ban-Cheni, por lo que posiblemente tuvieran un origen común. 

Los bimbaches eran mayoritariamente ganaderos y cultivaban principalmente cebada. La poca población que existía se extinguió tras la conquista Normanda y fue repoblada por franceses y castellanos.

Tenerife

Los primeros historiadores comentaban que los habitantes de la isla se llamaban a si mismo Ben-Cheni, aunque los europeos designaban por Guanches. El origen de "guanche" proviene de "guanchinerfe" que a su vez puede venir de "guan - Achinech", hombre de Achinech.

Los restos más antiguos encontrados datan del siglo VI adC, y no tienen un origen definido en las región norteafricana. Posiblemente formaba parte de alguna población expulsada tras los asentamientos fenicios pero no hay constancia de ello. Los estudios genéticos constatan la procedencia bereber, pero posiblemente de alguna etnia ya extinta en el continente. Los resultados genéticos no los equiparaban a ninguna etnia actual de este continente.


La Palma

Los antiguos habitantes de San Miguel de La Palma eran los benahoaritas o auaritas, nombres que les designaron los europeos, al deducirlo del nombre de la isla: Benahoare. Se discute su procedencia pero podría ser Beni-Howare, tribu que habitaba el antiguo Atlas, hoy en las montañas del Norte de Marruecos y Oeste de Argelia. 

Eran principalmente agricultores y recolectores. Hacían una especie de harina con los helechos. Fueron mayormente exterminados quedando pequeños reductos al sur de la isla.

Gran Canaria

En esta isla habían dos cantones diferenciados etnicamente, pero no se sabe a ciencia cierta como se llamaban. El vocablo muy escuchado de Tamarán es una invención del siglo XIX que no existió anteriormente, pero que se hizo tan popular que se dio veracidad en medios no académicos. Aun así se da por cierto la denominación latina de Canaria, según las crónicas de Plinio el Viejo. Éste historiador de la antigüedad escribió sobre la expedición de Juba II que mandó a la isla y que trajeron canes de aquí. Hay otra teoría que vincula los habitantes de la isla con los Canarii, una tribu extinta del atlas marroquí, pero tampoco hay pruebas sobre ello. 

La isla volvió a conocerse en el siglo XIV y hubo un primer poblamiento de mallorquines, pero estos asentamientos desaparecieron en un conflicto con los nativos de la isla. 

Fuerteventura

También esta isla estaba dividida en dos cantones, uno al norte que ocupaba la mayor parte de la isla, llamado Maxorata y otro en el sur, Jandía, separados en el istmo por La Pared, una muralla de rocas que delimitaba ambos enclaves. Estos antiguos habitantes llamaban a su isla Mahoh, y durante un tiempo se le llamó también Erbania, por las traducciones de la época pero que hacían referencia a La Pared, Ar-Bani. Ellos se llamaban a si mismos mahos.

En el momento de las incursiones normandas, Maxorata estaba liderada por Guize y Jandía por Ayose.

Lanzarote

También aquí se llamaban mahos los antiguos habitantes y mencionaban a su tierra como Titeroygatra. La isla fue nuevamente descubierta por genoveses a finales del siglo XIII, según las crónicas de Lancelotto Malocello que llegó a la isla sobre 1312. Posteriormente llegaron mallorquines, vascos y comerciantes genoveses. En 1402, a la llegada de los normandos la población estaba muy mermada, por los numerosos ataques berberiscos de años anteriores, que proliferaban por entonces en las costas del sur peninsular y en Canarias. El acuerdo con los naturales fue rápido y amistoso, aunque posteriormente algunos grupos consideraron la forma de actuar de los normandos fuera de esos pactos. Hubo algunos conatos de sublevación por parte de grupos de hombres contra Gadifer de la Salle que fueron sofocados mediante las armas. En el momento de llegada de los normandos el rey de la isla era Guadarfía.

No hay pruebas que confirmen la hipótesis de que los habitantes de uno de los cantones de Gran Canaria, los de Fuerteventura y los de Lanzarote fueran de la misma etnia bereber, pero si que se han encontrado algunos signos comunes. También el hecho de que había gofio en Gran Canaria y Lanzarote.

Supervivencia de los aborígenes prehispánicos

La conquista y colonización de Canarias provocó una disminución de la población aborigen, y pronto se mezclaron rápidamente con la población foránea cada vez mayor. Se estima que a principios del siglo XVI existían en las islas unas 1.200 familias aborígenes que se repartían por las islas de diferente forma: era mayoritaria en La Gomera, poco menos de la mitad de la población en Tenerife o Gran Canaria, un tercio en Lanzarote o Fuerteventura, casi nula en La Palma (solo en el sur) y extinguida en el Hierro. Las mujeres y los niños sobrevivieron más a la conquista y enseguida formaron parte de las familias del bando conquistador. La mayoría de los hombres perecieron en las contiendas, o fueron relegados o vendidos en el peor de los casos.

El primer asentamiento normando fue San Marcial del Rubicón donde se ubicaron familias francesas mayormente aquitanos y povetinos. La capitalidad de esta ciudad pasó a Betancuria unos años más tarde tras alguna embestida corsaria. Pronto se extendieron por otras zonas de Lanzarote y Fuerteventura. Los colonos franceses llegaron también a El Hierro donde la población natural había desaparecido. Las familias que llegaron en aquella primera ola tenían apellidos de todos conocidos: los Betancor y sus variantes, los La Salle, pero también, Melián, Pícar, Marichal, Bristol, Diepa, Umpiérrez, Berriel, Samarin, Mason, Copan, Buillón, Perdomo, Ebarnies, Bolanche entre otros. Pronto empezaron a llegar colonos vascos, castellanos y andaluces.

En el resto de islas la población mayoritaria que llegó provenía de Andalucía, pero pronto llegaron también gallegos, extremeños y burgaleses. En el siglo XVI también llegaron a estas islas italianos, flamencos y portugueses. Cabe destacar la gran afluencia portuguesa en Lanzarote y La Gomera en este siglo. En la normativa de colonización de tierras se obligaba a establecerse a españoles y portugueses con las familias por lo que trajeron también a sus mujeres. Toda la cultura popular del folclore, danzas, deportes, artesanía y costumbres religiosas proviene de esta época.

Las incursiones en África trajeron algunos esclavos moriscos a Lanzarote y Fuerteventura y de población negra en Gran Canaria y Tenerife.

Restos genéticos en la población actual

Uno de los primeros análisis genéticos realizados en la población canaria fue la determinación del grupo sanguíneo AB0, que dio como resultado que la mayoría de los canarios tiene marcadores similares a los europeos, con una cierta minoría con rasgos norteafricanos. Solo en La Gomera había una población importante con el marcador 0 similar a las poblaciones aborígenes o bereberes del Norte de África. Cabe mencionar que los alelos encontrados en la población canaria relativos al marcador 0 son típicos de la población bereber pero también de los vascos, por lo que se esperan nuevos estudios relativos a este factor genético.

Posteriormente, en lo estudios realizados sobre el linaje materno mitocondrial, se ha constatado que el principal linaje de los canarios es típicamente europeo, con una presencia de un subtipo del haplogrupo U6 bereber, pero con el U6b1 solo detectado en Canarias, lo que lo diferencia de cualquier etnia actual existente en el norte de Africa. Sin embargo, la estimación de la aportación genética norteafricana africana en las mujeres canarias actuales es de solo un 33% siendo mayoritaria la contribución europea.

Por otro lado los estudios derivados de la herencia del cromosoma Y en los varones muestran una presencia escasa de los marcadores norteafricanos bereber en la población masculina actual siendo menor al 10% la carga genética aportada, muy similar a los estudios realizados en la península sobre la aportación bereber de época islámica.

Estos estudios mostraban la forma en que se colonizó las islas con una aportación mayoritaria de matrimonios foráneos que se asentaron, superando a los matrimonios mixtos de varones europeos que se casaron con las aborígenes.

Por otra parte, los estudios mitocondriales mostraron en que forma se colonizaron las islas por parte de los norteafricanos, de este a oeste y en varias fases.

Nuevos estudios genéticos: Marcadores autosómicos y uniparentales

Recientemente se han realizado nuevos estudios genéticos para la tesis de la doctora genetista Rosa Irene Fregel Lorenzo, donde ha enfatizado en los marcadores autosómicos y uniparentales. La idea es evitar la diferenciación por sexo y ver la contribución genética de los antiguos aborígenes en la población actual canaria.

Los primeros estudios realizados sobre los restos de los aborígenes canarios muestran que la aportación genética sobre la población del siglo XVI era importante, superior al 60% de los habitantes de las islas en esa época.

Por otro lado, la gran diversidad genética de los antiguos aborígenes muestran que vinieron en varias oleadas, de diferentes lugares, y que apenas hay conexión con los bereberes actuales, es decir, hubo una extinción en el continente de las etnias que llegaron a las islas. También se ha observado que el poblamiento de las islas fue de este a oeste, observándose que hay menos diversidad a medida que avanzamos hacia las islas occidentales.

La segunda fase del estudio fue estudiar la carga genética de la población histórica del siglo XVII y XVIII sobre la población actual. Las conclusiones son que apenas hay diferencias. La mayoría de los linajes procedían de Europa, lo que refleja el gran impacto de la colonización foránea en el siglo anterior. Aparecen marcadores asociados al norte de Africa con el subhaplogrupo canario que podría deberse a al persistencia de los linajes aborígenes antiguos en la población histórica.

Es en esta época cuando aparece por primera vez, linajes subsaharianos, debido al tráfico de esclavos negros, y empiezan a aparecer algunos haplogrupo amerindios, muy escasos, casi siempre en Tenerife, lo que refleja la íntima relación de Canarias con América.

La conclusión final sobre este estudio del ADNmt sobre la población actual, determina que la presencia de haplogrupos europeos es mayoritaria, muy característicos de Europa predominando los de la península ibérica, españoles principalmente y menos los portugueses. Hay una presencia de linajes africanos, por herencia de los linajes tipo bereber, tanto de los antiguos aborígenes como de los heredados por españoles y portugeses, y también de los esclavos norteafricanos y subsaharianos traídos en los siglos XVI y XVII. Cabe destacar la diferencia de La Gomera con respecto al resto de las islas, con una contribución importante del haplogrupo autóctono canario (Nature - nov 2014)

Análisis final

Finalmente, haciendo una estimación de todos los estudios genéticos que se han realizado en la población de las Islas Canarias usando como patrones parentales a la Península Ibérica y al Noreste Africano, se observa que la contribución peninsular es mayoritaria, entorno al 82%, valor muy similar obtenidos a través de los autosómicos y que el resto de estudios se aproximaban por encima y por debajo.

Por otra parte, hay que destacar diferencias dentro del archipiélago, siendo llamativo el de La Gomera con una contribución genética del Norte de África del 61% aproximadamente, como ya se habían observado en otros análisis. Esto puede ser debido a la pervivencia aborigen o a los efectos de la deriva debido al aislamiento.

Y por último, se observa que las islas occidentales (El Hierro, La Palma y Tenerife) apenas poseen un componente africano en sus frecuencias alélicas lo que puede explicarse por el mayor impacto de la colonización castellana en estas islas. La presencia de mayor alelos norteafricanos en las islas orientales Lanzarote (24%) y Fuerteventura (28%) se pueden explicar en primer lugar por el mayor asentamiento señorial, sin apenas impacto en el periodo de poblamiento colonial como ocurrió en las islas de realengo y también por el mayor impacto de los esclavos traídos en el siglo XVII y XVIII. Cabe mencionar una nota escrita en los archivos de la Santa Inquisición donde se tuvo que intervenir en Lanzarote a finales del siglo XVIII, por las numerosas personas que caminaban por las calles con indumentaria islámica.











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